Como cada año, el Irish Rover confía en nosotros para el alquiler del equipo de luz y sonido, así como para la sonorización e iluminación, de sus eventos más destacados. En esta ocasión, tuvimos la alegría de realizar el sonido para Guadalupe Plata y celebrar así el vigésimo primer aniversario de este mítico bar de Madrid. Su originalidad, larga trayectoria y potente directo les avala como una de las bandas referentes del país. Se llenó hasta la bandera y el público pudo disfrutar de un espectáculo contundente.
Tienen un sonido muy particular. La batería, a pesar del estilo rockero crudo, es empleada al estilo jazzero, con un bombo pequeño utilizado a modo de timbal (como el propio Carlos afirma). En cuanto al bajo… bueno, no es lo que te esperas, es mucho mejor: un barreño con un palo y una cuerda o, propiamente dicho, un contrabalde. Según la tensión que Paco ejerza sobre la cuerda haciendo palanca con el palo se dan notas más agudas o graves. Lo mismo que algunos hacíamos en el colegio con una goma y un boli. También utiliza una guitarra con los graves a tope para hacer la función de bajo y poder distorsionarla ligeramente (o no tan ligeramente).
Qué decir de Pedro. Un tipo curioso que afirma no poder cantar si no está toda la banda sonando. Su timbre de voz y forma de cantar es de las más peculiares que se pueden encontrar entre bandas estatales. A la guitarra, tiene un toque «blusero» muy conseguido que acompaña muy bien a la voz para conseguir ese sonido cavernoso y siniestro que tanto les caracteriza. Y además, muy majos todos, también el equipo que les acompaña.
En cuanto al equipo utilizado, montamos dos cajas de graves, medios y agudos (Yorkville TX-8) y dos subgraves (TX-9), con una potencia total de 8000 W. Es un equipo antiguo, pero que conocemos bien y con el que hemos sonorizado (con tres cajas y tres subgraves por lado) campos de fútbol y grandes plazas. En esta sala, el verdadero reto es saber dónde colocarlas, ya que la distribución del espacio es muy irregular y prácticamente todo es zona de paso. En cuanto a la mesa, dado el reducido espacio para el control, optamos por el formato compacto y funcional: Yamaha 01v96. En un escenario tan pequeño como el del Irish Rover hay que optimizar espacio (se pueden ver las fotografías en nuestro facebook) así que utilizamos un monitor por músico. El batería prefirió que microfonáramos sólo bombo, caja y aéreos, al estilo jazz, sin microfonía para timbales. La técnica de «overheads» utilizada fue la de Glyn Johns.
El ajuste del equipo fue sencillo. Lo único que hicimos fue compensar los excesos de las cajas y resonancias de la propia sala tanto en la P.A. como en monitores, para poder aprovechar al máximo su potencia, especialmente en monitores, donde no íbamos tan sobrados para la caña que pide el rock’n’roll. Esta decisión (en lugar de realizar el ajuste completo con un ecualizador gráfico de 30 bandas, como es lo habitual y deseable) demostró ser acertada, ya que ahorramos mucho tiempo y tanto músicos como público nos hicieron llegar muy buenas críticas.
Para la iluminación nos pidieron algo sencillo y efectivo. Cuatro cabezas móviles LED situadas estratégicamente y la iluminación frontal del propio bar fueron suficientes para crear la atmósfera cálida que deseaba la banda.
Al final, el sonido para Guadalupe Plata fue un éxito en el que todo el mundo quedó muy satisfecho: músicos, managers, público, local y equipo técnico (en ocasiones, ese gran olvidado). Como siempre que trabajamos con la gente del Irish Rover, nos trataron exquisitamente. Literalmente, porque nos dan de comer mejor que bien. Esperamos seguir repitiendo con ellos durante muchos años.